Hoy, una persona muy querida me ha mandado esta maravillosa frase y por supuesto no he perdido ni un minuto en compartirla con vosotros.
¡Qué absurda manía tenemos todos de intentar cambiar a los demás!. No nos damos cuenta que haciendo ésto van perdiendo poco a poco lo que inicialmente nos ha atraído de ell@s. ¿Porqué intentaremos siempre adaptar a las personas que queremos a nuestros gustos? ¿Somos de verdad tan tremendamente ególatras, que estamos convencidos de que todo lo que hacemos, pensamos o queremos es lo mejor? ¿Porqué no somos capaces de creer que de las diferencias de las personas a las que queremos, podemos aprender muchísimo y qué lo que realmente es enriquecedor es el contraste? Deberíamos, en lugar de poner todo nuestro empeño en adaptar a los demás a nuestros gustos, poner esas mismas ganas en averiguar que nos aportan todas las cosas que no nos gustan de ell@s.
Como disculpa, podemos decir que todos, poco a poco nos vamos montando una película de cómo queremos que sean nuestros amigos, familiares, compañeros, hijos, pareja….idealizando tanto lo que nos gustaría que fuesen, que cuando comenzamos nuestras relaciones tratamos de conseguir esos sueños y lo hacemos de la única forma que sabemos, intentando cambiar a esas personas y convencidos de que además, con ello, les estamos haciendo un gran favor. ¡Qué error!
Cada uno de nosotros es único, en la vida no hay repeticiones y por ello la forma de demostrarles el cariño más absoluto es respetando por encima de todo su identidad y procurando que respeten la nuestra. Eso, para mí, es el más alto grado de amor que una persona puede demostrar hacia otra y para lograrlo, sólo debemos hacer una pequeña reflexión: ¿nos gustaría que a nosotros nos hicieran lo mismo? ¿Nos gustaría que condicionaran su cariño a que nosotros cambiásemos y nos adaptásemos a sus gustos? ¿Creemos que seríamos más felices si fuésemos como ellos han soñado que debíamos ser, o siendo como somos? ¿ Nos sentiríamos bien, si la persona que se supone que nos quiere, estuviera continuamente diciéndonos las cosas que debemos cambiar de nosotros? No sé que opinareis, pero mi respuesta es un rotundo NO.
La identidad de cada uno es sagrada…. con defectos, con virtudes, con manías, con cosas molestas y otras agradables, y salvo que nosotros mismos decidamos que queremos modificarla, o el tiempo y sus historias nos hagan cambiar un poco, NADIE tiene derecho a decidir como tenemos que ser.
Empleemos nuestro tiempo en ver lo que nos gusta de las personas que tenemos a nuestro lado y no lo perdamos en intentar imposibles, pues es muy difícil y a lo mejor poco agradable si se consigue, cambiar a nadie.
El «finde», descanso para todos, hasta el lunes. Qué viváis cosas divertidas.
