Pues a lo mejor es cierto, pero ¿no os pasa que hay días en los que os da la impresión que se han acortado las horas o que a lo mejor necesitarían tener alguna más? No sé exactamente cual es la razón, pero hay veces que parece que los minutos se evaporan, que no eres capaz de sacarles el jugo que deberían tener.
Un día cualquiera, que has planificado perfectamente, sin estrés, contando con sus 24 horas, que va transcurriendo poco a poco y según tus planes, que la lista de tareas se va viendo cada vez con más tachones, que te vas sintiendo contento por poder llegar a casa y rematar ese día que va sobre ruedas,……de repente, parece que las agujas del reloj se amontonan y pierden el ritmo, empiezan a suceder cosas no previstas que hacen que ya todo se retrase y «ese día» comienza, en ese mismo segundo, a ser un caos.
No sé si os sonará la escena, pero a mí me sucede a menudo y entonces pienso, si será cosa del pobre reloj, al que siempre le achacamos todos nuestros males o será que somos nosotros los que planificamos de forma deprimente. Me inclino por esta última opción, y no aprendo, por mucho que lo intento, que las cosas no salen como uno las planifica, que debemos contar con los imprevistos y que el desdichado reloj no hace sino seguir su ritmo, el de siempre, sin estrés, sin agobios, sin prisa y somos nosotros los que no dedicamos un poco de ese tiempo a ajustar nuestra actividad a su ritmo.
Hoy me ha pillado el reloj, sin consideración ninguna ni por mí ni por mis planes, éstos han sido atropellados por un montón de imprevistos y mi carrera personal contra el reloj, la ha ganado él por goleada.
Lo que si he aprendido, y espero por mi bien recordarlo la próxima vez, es que a las agujas de un reloj no las gana nadie, por muy previsor que sea, pues ellas siempre ganan, aunque para ello hagan trampas y te tengan que poner un montón de zancadillas. Así que ya sabéis, haced planes contra el reloj, porque no deja de ser divertido, pero contad que nunca le ganaréis y aprended a perder con una gran sonrisa y mucho, mucho sentido del humor. Es la única solución.
Mañana, que cómo no, volveré a planificar mi día, nos veremos de nuevo, espero que un poco más pronto que hoy, porque como podéis ver, hoy el reloj me ganó de nuevo. Vivid y divertíos.
