Correr…..

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¿Alguna vez os ha apetecido correr y correr sin parar….? Supongo que hay días de esos en los que desearías que pararan el mundo para bajarte y que en lugar de eso, como no hay manera de detenerlo, piensas que si te pones a correr llegarás muy lejos y podrás alejarte de todo un rato. El único problema es el riesgo de no encontrar el camino de vuelta…. y eso, no sé……

La vida nos provoca momentos inigualables, en los que nuestros cinco sentidos se ven superados por cosas maravillosas, pero como funciona la ley de la compensación, cuando te da algo muy bueno se lo cobra, dejándote algunas situaciones muy complicadas de sobrellevar y que te provocan esas enormes ganas de correr y de escapar. Cuando las cosas son con contrapartida y antes has disfrutado de la parte buena se lleva mejor, pero cuando te toca una de esas temporadas en las que parece  que el mundo se ha puesto en tu contra y todo, todo sale torcido, entonces…..

¿Es entonces cuándo corremos? ¿Cuándo sentimos esas ganas irrefrenables de correr? No sé, quizás no es sólo en esas situaciones, probablemente nuestras ganas de correr se producen en momentos más simples, cuando queremos escapar de algo que nos frustra, para huir de una situación a la que no queremos enfrentarnos, para dejar una relación que nos ahoga, pensando que conseguiremos un poco de la libertad que creemos hemos perdido…. ¡cuántas! ¿Porqué huirías tú?

Creo que a pesar de ser una solución muy atractiva, no es un remedio para nada, pues escapar de las cosas que no nos agradan en lugar de solucionarlas, aunque no sea agradable hacerlo, es algo a la larga contraproducente pues por mucho que corras, allí donde llegues, la memoria siempre va contigo y cuando quieras volver, porque creas encontrar una solución,  el camino de vuelta ha desaparecido.

Si quieres correr, que sea por gusto, por conocer personas, lugares, por enfrentarte a nuevas situaciones, por sentir nuevas sensaciones, pero sin llevar cosas negativas para el camino, sin dejar historias pendientes, cosas sin resolver, para que si algún día encuentras el camino de vuelta, o te apetece volver, tu regreso sea feliz, gratificante, dichoso para todos y sobre todo para tí. Correr por encontrar la felicidad es positivo,  bueno, de personas inteligentes  y maduras, pero recuerda, siempre que no dejes en la salida, cosas sin resolver.

Feliz día mañana para todos. Vivid y divertíos

 

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