El «Ego».

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Siempre he dicho que nuestro «yo» interior (o Ego bueno, si preferís) es inteligente, persuasivo, conciliador, intuitivo y que es imprescindible conocerlo y llevarnos lo mejor posible con él….pero como todo, tiene una parte no tan buena,  el Ego malo, que se cuela por cualquier rendija en cuanto nos descuidamos un poco y se convierte en el dueño de nuestra vida. De repente nos creemos los más guapos, inteligentes y fabulosos y no permitimos que nadie nos diga lo contrario, consideramos que todo lo hacemos tan bien que nadie puede ganarnos, pensamos que podemos pasar por encima de cualquiera… espero y deseo, que muy pocos se encuentren en esta situación, porque es absolutamente insoportable para los demás y sobre todo para si mismos.

La autoestima controlada es buenísima, pero el Ego malo es cruel, nos hace perder la perspectiva de nuestra propia vida, de nuestras capacidades y hace que dejemos de ser personas humildes y tolerantes para poder convivir con el resto del mundo. Creerse superiores es un estúpido error, pues la caída puede ser morrocotuda. ¿Y cuando se produce la intervención de este cruel personaje? Si hacemos las cosas medianamente bien, y vamos poco a poco conociendo a nuestro»yo», iremos llegando a acuerdos con él y eso fortalecerá nuestra autoestima y nos dará mucho más control sobre nosotros y nuestra vida, pero en este proceso, podemos desvirtuar las cosas y empezar a considerar que somos demasiado buenos y podemos pasar por encima de todos…. y es aquí, cuando el «ego malo», aprovechándose de estas torpezas, llenará nuestra cabeza de tonterías y se convertirá en el dueño absoluto de la situación, lo que nos hará los seres más insufribles y ridículos del mundo.

Llegado este momento, os recomiendo que le pongáis un correctivo a vuestro «listillo amigo» y le indiquéis que no estáis dispuestos a tolerar sus tonterías y a que os convierta en el hazmerreir de los demás. Para ello no hay nada mejor que aplicar las reglas para dominarle y que la frase de hoy recoge perfectamente:  Nunca os sintáis ofendidos, nadie os persigue para humillaros, no sois tan importantes; Liberaros de la necesidad de ganar, ya que ganar no aporta nada a vuestra felicidad; No tengáis necesidad de tener razón, pues cada uno tendrá la suya y es absurdo imponer a nadie la vuestra. No intentéis ser siempre superiores a los demás, primero porque nadie es superior a otro, eso es un espejismo y segundo porque os pueden dar de vuestra propia medicina y haceros mucho daño; y por último liberaros de la necesidad de tener más, ¿realmente es necesario acumular? ¿para qué?.

Si sometéis a vuestro «Ego malo» a estas sencillas reglas, nunca se desmadrará y podréis tener una autoestima maravillosa sin lastimar a nadie, lo que os aportará una dosis extra de felicidad. Así que a querernos mucho pero controlando a nuestro Ego malo, que es el trocito feo de nuestro «yo» y puede causar verdaderas calamidades.

Hasta mañana, y  siempre con el Ego controlado, vivid y divertíos.

 

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