¿Limosna, si o no?

pedir......

Nunca me ha parecido una palabra bonita, quizás sea por su connotación, pero es la que hay. La frase de hoy es una imagen tan elocuente, que refleja todo lo que siempre he pensado de este tema. La limosna es algo con lo que convivimos desgraciadamente todos los días, debiendo de estar agradecidos a la suerte, por ser del grupo de los que podemos dar.

¿Dais o no dais limosna?  El tema es controvertido y con opiniones divergentes entre todos nosotros y todas ellas justificadas y llenas de razones, pero todas agrupadas en dos totalmente diferentes, aquellos que piensan que dar limosna no es bueno, no porque no quieran ayudar, sino porque creen que si se da se fomenta el que la gente siga pidiendo y aparezca la picaresca y otros, que pensamos que se debe dar siempre, pues aunque muchas veces nos engañen, si nos encontráramos en su lugar, y no os quepa duda que la vida puede girar repentinamente por mil causas, nos gustaría que alguien nos diese.

No es un tema fácil y no creo que tenga solución unánime, pues cada uno tenemos una perspectiva diferente. Lo que creo  que todos compartimos es la idea de que sea el Estado el que se encargue de la gente necesitada, pero como hemos visto y vemos la imposibilidad de que esto se produzca, me gustaría compartir con vosotros mis razones.

Yo doy siempre a cualquiera que me pide. Y doy fundamentalmente por la razón que antes expuse, colocarme en su lugar, pero también, porque creo que dar es muy fácil, pero pedir es terrible y por ello cualquiera que esté pidiendo en cualquier sitio, tiene que haber pasado o estar pasando por una situación horrorosa. Si se vive en la calle es porque ya has agotado todos los recursos para vivir de otra forma o te ha sucedido algo tan tremendo que ya no puedes optar a otro tipo de vida. ¿De verdad creéis, que alguien puede elegir ésto?

Sé que muchos pensaréis que soy una incauta, que me engañan, pues la mayoría son borrachos y mangantes, que no han querido o no quieren hacer otra cosa, y por supuesto que lo soy y encantada de ello, pues creo que su mala cabeza o las circunstancias les ha llevado ahí y lo están pagando con creces, y yo no voy a ser la causante de que esa noche pasen frío o se mueran de asco, sé que con mi euro compraran vino, pero también sé que esa será su calefacción y su sonrisa.

También lo hago por egoísmo, ¿sabéis?, pues pienso que a lo mejor con lo que les doy se sienten un poco mejor y eso me llega, pues ni mi tiempo ni mis fuerzas dan para ser una «superheroína» e intentar salvar a todo el que me encuentro, así que si consigo que sean un ratito felices, ya me compensa.

Hasta mañana, vivid y divertíos.

Deja un comentario