Comprensión y RESPETO, dos de las llaves para vivir en armonía contigo y con los demás. Por lo menos eso es lo que me enseñaron y eso es lo que yo he transmitido, y a pesar de que a veces, las menos, te encuentras con lo contrario, estoy agradecidísima por esa lección aprendida que siempre me ha venido bien, pues el respeto que he dado a los demás ha sido el claro reflejo del respeto que me he dado a mi misma y constantemente me compensa.

 Se manifiesta en todos los ámbitos de tu vida y siempre  debes respetarte a tí mismo en primer lugar, para poder darlo a los demás. Con ello, podrás expresarte sin hacer daño con tus opiniones, pensar distinto y los otros también, no reírte de los demás sino con ellos, tener en cuenta las ideas de los compañeros, ser fuerte sin humillar a otros, observar a tus semejantes sin criticar y como colofón, esperar de los demás lo que eres capaz de dar.

El respeto, que es un valor estrechamente ligado a la persona misma y a su identidad, tiene unido un problema  importante, aquel momento en el que lo exiges para tí mismo pero te olvidas de ejercerlo hacia los demás, es entonces cuando lo más importante es entender que es un derecho de toda persona pero también un deber y que para que funcione no debemos olvidar esta unión inseparable. Por eso es fundamental su enseñanza, ya que es uno de los pilares básicos de nuestro mundo. ¡Cuántas cosas horrorosas se habrían evitado con su ejercicio!

Por desgracia, el que tu seas respetuoso no hará que siempre la gente lo sea contigo y a lo largo de tu vida la gente te volverá loco, te faltará al respeto o te tratará mal, pero la comprensión hará que no odies porque eso te consumiría a ti.  Lo que si hay que tener claro es que las personas llegan hasta donde nosotros les permitimos. Si aceptamos maltratos, abusos, si  todo lo perdonamos y olvidamos, estaremos instando a que hagan lo que deseen sin ningún tipo de consecuencias… por eso debemos amarnos y valorarnos para exigir respeto. Si lo toleramos todo infinitamente, tendremos que padecer todo infinitas veces también. Plantar cara no es ser malo, ni entrar en su juego, ni considerarnos mejores, es sencillamente indicar a aquellos que lo olvidan con frecuencia, que nos respetamos por encima de sus abusos y que sabemos pararles cuando no  lo entienden.

Para  terminar, esta frase me parece impecable «El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive».

Siempre en vuestra vida, respeto y comprensión hacia todo y hacia todos,  pero sin caer en un victimismo inútil, pues el primer respetado debes ser tú mismo.

Hasta mañana, vivid y divertíos