La caricia innecesaria.

CARICIA INNECESARIA

Normalmente obtenemos o pedimos una caricia o un mimo, cuando la necesitamos, cuando algo nos ha golpeado y nos sentimos desvalidos y tristes, sin fuerza para seguir tirando, y esa sensación suave y agradable que produce el roce, nos reconforta. Otras veces la alegría que sentimos nos desborda y demandamos un cariño también, para sentirnos queridos y reafirmar nuestra alegría.

Todas estas situaciones tienen en común que los arrumacos los pedimos, los necesitamos o surgen en momentos de tensión o alegría, son inmejorables, no cabe duda, y sino los obtenemos no nos sentimos del todo bien. Estoy segura de que todos en algún momento hemos recibido o hemos dado caricias de este tipo. Si recordáis algún instante así en vuestra vida, ¿os imagináis lo que puede ser recibir una caricia sin motivo, un achuchón innecesario, sólo porque sí?

Quiero pensar que muchos habéis tenido esa suerte y me encantaría que dedicarais sólo unos segundos a recordar lo que sentisteis cuando repentinamente y sin ningún motivo, alguien os hizo ese maravilloso regalo o cuando vosotros, en un espontáneo repente, le ofrecisteis a alguien ese obsequio. Esos instantes, son los que hacen que nos sintamos más vivos y felices que nunca, porque  ese cariño espontáneo nos hace reconciliarnos con la vida y pensar que merece la pena estar en ella.

Siempre he creído, aún en los peores momentos en los que me hubiera bajado, incluso en marcha, de la vida, que estos pequeños detalles son los que hacen que merezca la pena seguir viviendo. Una caricia innecesaria es espontaneidad, gratuidad, cariño, atención…  y entra dentro de ese grupo de pequeñas cosas que son tan grandes que consiguen hacernos más felices, divertidos y cariñosos….

Probablemente soy un poco simple y ñoña, pero pienso que sin esos momentos mi vida no sería tan grata. Me gusta dar y recibir sorpresas, y presiento que es lo mejor que puede darte la vida, pequeños detalles que hacen que todo lo que te rodea sea más amable. Si todos fuéramos un poco más espontáneos y dejásemos a nuestros sentimientos un poco más libres, el mundo sería, no sólo más agradable sino mucho más fácil.

Practiquemos las caricias o achuchones innecesarios, crean momentos inolvidables…..

Hasta otro días, vivid y divertíos.

Deja un comentario