Un problema.

preview-650x390-650-1447099454

Hoy me he quedado un poco preocupada, cuando hablando con una persona muy querida, que la verdad es que no ha tenido unos meses para tirar cohetes, he notado que estaba claudicando y empezaba a transmitir y lo peor a pensar que todo en este momento le estaba saliendo mal y que llevaba tanto tiempo luchando contra las circunstancias, que estaba perdiendo las ganas de seguir.

Me niego a aceptarlo pues nunca una persona buena, cariñosa hasta el extremo, trabajadora, fuerte, admirable en todos los sentidos, que ha tomado la mayoría de las veces estupendas decisiones y que siempre está ahí para todos, debe sentirse infeliz y demasiado cansado  para seguir porque esté enfrentándose a un profundo cambio de vida, que lógicamente remueve todos los cimientos. Y sobre todo porqué sé que las circunstancias pasarán, que  le espera un futuro lleno de FELICIDAD y  que él tiene la fuerza suficiente dentro como para poder con «todo», aunque eso sólo «él» debe aprender a creerselo. Después de una gran tormenta hay que darle tiempo a la vida para que recoloque.

Todos nosotros somos valiosos  y debemos aceptarlo sin fisuras. Nada debe hacernos dudar que así es y aunque a veces sea muy difícil, porque nuestra condición hace que así sea, tenemos que encontrar trucos para aplicar en momentos flojos. Hoy  he localizado alguna de estas formas… reír a carcajadas, dormir bien, tener una emoción positiva tan fuerte que nos sirva para contrarrestar las sensaciones negativas….seguro que hay muchas más y cada cual debe encontrar la suya para tenerla siempre dispuesta y utilizarla. Sé que no es sencillo pero como os digo siempre, con un poco de practica funciona.

Sabéis que nadie se libra alguna temporada, de sentir que nos persigue una mala racha  y que no hay forma de ponerla fin, pero no es así, nuestro cansancio es el que hace que no veamos el final  y eso lógicamente nos hace continuar en la mala racha. Las situaciones «chungas» que a veces nos persiguen y que parece que no van a acabar, son normales y si os paráis a pensar, es cuando estamos fuertes que las percibimos de diferente forma, nos afectan menos, las superamos con facilidad y las olvidamos rápido. Y siempre seguirán pasándonos pues eso es vivir, lo preocupante es cuando empezamos a pensar que esas situaciones nos suceden porque continuamente tomamos decisiones erróneas y eso además de no ser cierto, nos hace más débiles.

Decisiones tomamos continuamente y si sólo nos afectan a nosotros son adecuadas, surgiendo el problema cuando tenemos que tomarlas afectando a otras personas y en las que influyan muchos factores…ahí es cuando la cosa cambia y la mayor parte de las veces no sale todo tan perfecto como habíamos planeado. Eso no es malo, lo terrible es confundir esas circunstancias con una mala decisión por nuestra parte en lugar de ir adaptándonos y comprendiendo que no es nuestra la culpa sino de la situación, por lo que nuestro único recurso es  enfrentarnos a un resultado no buscado con un montón de sentido del humor, en lugar de pensar que nos hemos equivocado «otra vez» y que eso se convierta en un bucle sin sentido y sin fundamento.

Tengamos siempre a mano algo que sepamos que nos hace reír a carcajadas. Aprendamos a desconectar (dormir un rato es un buen sistema) para luego ver las cosas con otra perspectiva. No nos tomemos demasiado en serio y apliquemos el sentido del humor o guardemos una emoción que sea tan fuerte y  bonita que pueda con cualquier sensación que nos haga pensar que no servimos. Sé que funciona, probad y no lo hagáis porque haya ahora una enorme tendencia a verlo todo de forma positiva, sino sencillamente porque os sentiréis mejor.

Hoy ha sido un escrito un poco lioso, pero sé que habéis aprendido a entenderme aunque no sea muy clara. Hasta pronto.Vivid y divertíos

Deja un comentario