
Es triste que hayamos construido un mundo en el que hacer cosas para cumplir tus sueños sea un delito por el que tengamos que pagar con el ostracismo, la necedad, el insulto o el despecho. ¡Qué mala es la envidia, verdad? Porque en el fondo es sólo eso ENVIDIA.
Envidia de que tengas más fama que ellos, más dinero, más amor, más salud, más trabajo ¡Qué mezquindad! ….no hemos aprendido, o a lo mejor no han sabido enseñarnos, que hay para todos y que podemos disfrutar con lo que tenemos y conseguimos. Lo peor es que la situación puede convertir tu vida en un infierno y acabar pensando que lo mejor para tu tranquilidad y bienestar es no seguir intentando conseguir tus deseos. ¡Te lo ponen tan difícil!
¿Y cual es la solución? ¿Cómo se combate o se esquiva ese martillo que te hace retroceder cuando piensas que estás un poco más cerca de tu sueño? ¿Cómo se hace para evitar que te golpeen, destrozando tus ilusiones, tus deseos….? Preguntas difíciles de contestar, pues es como hablar de erradicar la envidia, el rencor, el odio y esas «grandes cualidades» que adornan a muchos seres humanos, desgraciadamente son innatas a nuestra especie. Y entonces, ¿qué hago escribiendo de un tema sin solución y que tanto desasosiego genera? Pues por una parte desahogarme, que ya es una buena razón, pero principalmente pensar en alto sobre algo que me ha perseguido, (y por lo que estoy orgullosa pues eso demuestra que he hecho cosas que han valido la pena), durante toda mi vida.
He aprendido, a base de malos ratos, que no debo dejar de intentar hacer lo que creo que debo y me apetece hacer, aunque con ello me aleje de lo establecido y pise algunos callos, pues los que me han perseguido con miles de trabas y cicaterías, son personas ignorantes, rastreras, con poca imaginación y mucha mala baba y fundamentalmente inseguras y poco fiables y a ese tipo de personas, aprendes, después de muchos martillazos, a olerlas a distancia y echarlas de tu vida.
Los pasos son fáciles (bueno el concepto de facilidad es ambiguo, ya sabéis, jejeje..): 1.- Abrir muchos frentes a la vez (poner muchos clavos juntos) pues así acabas mareando a «los malos» y siempre se olvidan de golpear alguno de ellos, con lo que tu felicidad (doy por hecho que sabes ser feliz con lo que se salva…) queda intacta.
2.- Llorar mucho y compadecerte cuando te machacan, sobre todo si lo hacen los que considerabas amigos (con amigos así, es mejor estar solo y esperar, que ya llegarán personas adecuadas), para después de eliminar todo ese estrés acumulado, ponerte a la tarea de nuevo y volver a llenar la tabla de clavos, habiendo aprendido que los que más te gusten deben estar ocultos entre otros muchos menos interesantes para crear confusión sobre lo que quieres. ¿Recuerdas ese dicho «que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda»? Pues eso.
3.- Querer tu vida y valorarte mucho pues nadie lo hará si tú no lo haces. Confía en mí, TODOS VALEMOS LO QUE CREEMOS QUE VALEMOS. Es indiscutible.
Como véis «fácil», jajajaja, pero si no lo intentas nunca lo conseguirás. Aunque haya días, semanas, incluso meses que parezca que la vida nos trata fatal, siempre se puede ganar si te lo crees, sólo es cuestión de comprar más clavos e inundar el tablero con ellos.
¿Qué fácil es emborronar un papel, verdad? Pero creo en lo que escribo y hay que ser realista y no dejar de intentarlo, pues como habréis leído alguna vez, «Pesimista es el que se queja del viento, optimista el que espera a que cambie y realista el que ajusta las velas».
Hasta otro día, no dejéis de vivir y divertíos por favor.