
Me encantaría ser de ese tipo de personas que tienen tan clara su posición ante la vida que saben en cada momento lo que deben hacer sin importarles lo más mínimo lo que los demás opinen de ellas. Yo llevo mucho tiempo practicando en mi vida laboral y con la inestimable ayuda de un montón de indeseables escorpiones que me rodean , creo que he conseguido (aunque todavía no totalmente), un grado importante de desapego y frialdad, estando firmemente convencida de que todas las mañanas hay gente que se estremece y piensa: «Esta cabrona ya se levantó»….
Suena muy fuerte y realmente lo es y aunque estoy segura de que no soy del todo «cabrona», si que es cierto que es estupendo que haya personas que lo piensen y espero, por mi perfecta salud mental, que con el tiempo cada día haya más. No obstante lo dicho, creo que es absurdo y sin sentido que una gran parte de los humanos, respeten más a las personas que consideran peligrosas, hoscas y distantes que a aquellas que sólo demuestran y viven con su lado más noble y tierno a la vista, es indudable que si te consideran buena persona, siempre estarás en su punto de mira para dañarte, consiguiendo estar a salvo de los cobardes que abundan en cualquier rincón, sólo si muestras tu lado más duro. Pero eso es lo que hay, no os quepa duda, y la vida se encarga de enseñártelo.
De todas formas, en este momento de mi vida y por suerte sólo en el terreno profesional, he conseguido que me divierta asustar al personal. Me gusta que piensen que puedo hacerles daño aunque al final nunca lo lleve a efecto, me complace que puedan pensar por la mañana que otro día más me he levantado y sigo adelante. Mi trabajo me ha costado, no lo dudéis, pero va surtiendo sus efectos. Sé que hay mucha gente que entiende lo que digo porque ha pasado por la misma experiencia, jugar fuerte y apostar por aquello que no entra dentro de los cánones del comportamiento que «los escorpiones»pretenden de tí para conseguir sus fines , además de causarles desazón, hace que te odien e intenten machacarte con cualquier cosa que hagas, y por ello la armadura es imprescindible. Claro que ha habido momentos duros en los que mantenerte a flote ha sido difícil, pues ser el blanco de todos los seres envidiosos y mal pensados no es agradable, pero el resultado no ha sido del todo malo y ahora sé que mientras «ellos» sigan considerándome «una arpía», es que lo estoy haciendo muy bien.
Lo único que me entristece es que haya que crearse un prestigio de dura y borde para lograr que te dejen en paz y te consideren capaz, cuando debería ser al contrario, pero aunque el proceso no es fácil, pues hay que reventar algunos castillos horribles que se levantan a tu alrededor y por el camino perder un poco de dulzura, de bondad o de ternura, cosas que para mí son muy importantes y cambiarlas por rudeza y brusquedad aderezadas con una pizca de ironía, y aunque haya momentos que cueste mucha energía echar de tu lado a toda la fauna que se te pega cuando sólo sabes ser buena gente, (los vampiros que te chupan la sangre y te dejan sin energía sin dar nada a cambio, los parásitos que se aprovechan de todo tu esfuerzo y de tu vida pues no la tienen propia, o los carroñeros que se alimentan de toda la basura que los demás te echan), MERECE LA PENA pues en el camino se aprende a reconocer y alejar de tu vida toda la mugre y a no perder ni un minuto de tu existencia en esos sinsentidos.
Cuando te siguen viendo de pie, funcionando, riéndote, divirtiéndote, trabajando y siendo feliz sin importarte lo que ellos opinen o hagan…., y piensen para sus adentros «Esta cabrona ya se ha vuelto a levantar….», se siente una satisfacción indescriptible y eso no es ser mala persona. Cada uno se defiende como la vida le enseña. Ante mezquindades, atropellos y chismes, hay que ser drástico para poder seguir de pie y sonreir. Seguro que sus limitadas cabezas no pueden con ello y eso gratifica.
Así que no tengáis miedo de sacar la uñas cuando haga falta para poder seguir viviendo y divirtiéndose.