
El concepto zen de la vida, poco comprendido en el mundo occidental, tiene sin embargo muchos aspectos que deberíamos tener en cuenta. ¿Sabéis que es el Wabi-Sabi? Aún a pesar de la indeterminación de los conceptos de la cultura japonesa y su dificultad de definir, podemos decir que es la belleza de lo imperfecto, defectuoso o inacabado, lo que aplicado a nuestra vida, nos da una herramienta perfecta para una existencia más feliz.
Todo está ya inventado por lo que no voy a intentar ser original, y como hay escritores increíbles que lo han hecho estupendamente os voy a transcribir lo que Richard R. Powell propone como todo un estilo de vida: «Un trabajo Wabi-Sabi sería aquel en el que uno hace lo que realmente le gusta, sin estrés, presiones ni jornadas interminables; una alimentación Wabi-Sabi valora lo local y humilde, al mismo tiempo que saborea lo exótico; y una filosofía de vida Wabi-Sabi es la que vive el presente y encuentra la paz y la armonía en la naturaleza y las pequeñas cosas.» Un poco extremo para mi gusto pero no carente de cosas interesantes. Una forma de pensar más Wabi-Sabi nos podría ahorrar muchos sinsabores y nos ayudaría a disfrutar más de la vida pues vivimos en un mundo en el que todos nos exigimos demasiado. Tenemos que ser perfectos, felices, disfrutar al cien por cien, mantenernos con aspecto joven el mayor tiempo posible y ser excelentes profesionales y eso no me negaréis que crea mucha ansiedad.
Por ello creo que el Wabi-Sabi nos reconcilia con el miedo, el paso del tiempo, la incertidumbre, el fracaso, o el hecho de que no siempre hay respuestas; el otro día leí «que somos las personas perfectas para un mundo imperfecto» por lo que deberíamos relajarnos un poco y aprender que ser imperfectos es ir en consonancia con el mundo. ¿Porqué nos empeñamos en ser perfectos? ¿Acaso nos creemos superiores al Mundo? ¡Cuánto desgaste gratuito nos produce esta absurda creencia de superioridad! Lo perfecto es inalcanzable porque simplemente no existe y mientras no grabemos ésto en nuestro disco duro no conseguiremos ser del todo felices.
Como siempre me gusta probar lo que creo que es bueno, yo lo estoy intentando y me encuentro mucho mejor ya sólo con eso. Dejemos de intentar eliminar de nuestro cuerpo y personalidad los detalles a los que llamamos «defectos» y aprendamos a quererlos, hagamos nuestro trabajo sin obsesión por ser totalmente insuperables, disfrutemos de nuestras actividades extras sin obligarnos a ser los mejores, dejemos que nuestro aspecto sea un poco caótico, ¡No pasa nada y puede ser muy divertido y relajante! Desarrollemos nuestra capacidad de ser felices con algo simple y con la belleza de las cosas imperfectas, pensando que con ese chocolate que paladeamos con culpa no se vislumbra nuestra glotonería, sino nuestra capacidad de ser felices con algo simple; que en esa mancha que dejamos en nuestra blusa preferida después de brindar no se encuentra nuestra torpeza, sino la maravilla de un momento que valió la pena, reconozcamos la belleza de esas «arruguillas» en los costados de nuestra boca o de nuestros ojos, porque cada una de ellas es una prueba irrefutable de que hemos reído….Como veis hay mil aplicaciones del Wabi-Sabi.
Estoy aprendiendo, y me gusta, a no ser demasiado dura conmigo y mis defectos, ya que ellos son un signo de mi historia, de mi vida, que al fin y al cabo no es lineal, ni equilibrada ni impermeable a la decadencia. Aceptarme como imperfecta, inacabada y transitoria es entenderme dentro de este mundo y no en uno inventado y exigido por otros.
¡Date la posibilidad de volver tus «defectos» algo útil a tu favor! y disfruta de la inigualable sensación que da estar seguro/a de que no hay nada de ti digno de ser ocultado, pues esas cosas diferentes son las que te hacen ÚNICO/A e INIGUALABLE. Te lo debes.
Vive y disfruta siempre y aprende que «Si te gusta, las cosas son como son, si no te gusta, las cosas son como son».