El río de la vida.

Hace unos días viendo una antigua película surgió esta frase, «Déjate llevar por el río de la vida afrontando y resistiendo lo que te presenta, sin intentar cambiar su curso», y me pareció una bonita forma de presentarnos la vida…. parece que a mí me ha ayudado a estar menos frustrada por lo poco que puedo hacer y un poco mejor para poder plasmar pensamiento después de este larguísimo paréntesis.

¡Qué de tiempo sin contar cosas y que de cosas tremendas han pasado en esta largo lapso de tiempo! Todas ellas han hecho que escribir se me hiciera muy, muy  difícil. En un primer momento sólo salían «sapos y culebras» y creo que ya sabéis que no me gustan ni el pesimismo ni la amargura, y después, todas las situaciones que iban surgiendo y añadiéndose me seguían pareciendo irritantes como imagino al resto de vosotros, pero el río sigue su surco y quiero pensar que tendrá un motivo para ello, aunque yo no sea capaz de entenderlo.

Pensando en ello y aunque no creo que de todo esto pueda salir un mundo nuevo, como dicen algunos imagino que para consolarse, creo que tenemos que seguir viviendo, hacer «un curso intensivo de rafting» y lanzarnos a la corriente para salvar toda esta locura que tenemos encima. Ahora que parecía que el bicho estaba descansando un poquito, surge un paranoico descerebrado con ansias de grandeza y nos coloca en una situación límite….. «estamos al borde de una fea guerra», jamás ni en mis peores pesadillas pensé que alguien en el siglo XXI conseguiría tener al mundo en sus manos intentando robarnos todo aquello que tanto nos ha costado conseguir sin que, dicen, «podamos pararlo» sin un riesgo horrible. El río de la vida está colocando en nuestro paso unas grandes piedras y resulta que tanto nosotros como nuestros dirigentes, que parece que lo sabemos todo, no nos hemos acordado de aprender «rafting». Un despropósito absoluto, ¿no creéis?.

¿Pero cómo se para este despropósito? De guerras yo no entiendo, ni de diplomacia, ni de macroeconomía, ni de mundo global….ni de tantas cosas que creo son necesarias para que se pueda gestionar la vida de las personas en este mundo, soy sólo una de esos millones de habitantes del mundo, a la que le gusta su libertad actual para tomar sus decisiones, equivocarse, acertar, elegir como vivir y poder luchar por ello, por lo que aunque a mi pesar, pues intuyo que los gestores de este mundo que tenemos tampoco saben muy bien lo que deben hacer, creo que debemos seguir navegando por nuestro rio, aunque la rabia, la impotencia, la empatía con los que directamente están sufriendo, hagan que cada remada cueste mucho mas.

Por todo esto aunque mi vuelta no sea todo lo positiva que me gustaría creo que debo intentar escribir y tener pensamientos gratos, esperanzadores  y positivos sobre lo que nos espera cuando consigamos salvar las inmensas piedras que el río, nuestro río, ha colocado en nuestro camino.

  • ¿Porqué entonces no pensar que el virus se convertirá en una gripe con la que tenemos que aprender a convivir?
  • ¿Porqué no creer que por fin «los gestores de mundo» vencerán «al monstruo que ha surgido entre las piedras para intentar robarnos en el camino nuestros logros más profundos», consiguiendo que las personas ahora ultrajadas y atacadas puedan volver a sentirse libres en  su país?
  • ¿Porqué no pensar que pronto podremos volver a tener una existencia tranquila, aunque no sea un modelo de perfección, para poder seguir intentando mejorarla entre todos?
  • ¿ O porqué no pensar, aunque sólo sea para seguir remando con fuerza, que toda esta locura se va a acabar pronto y con un final no demasiado grotesco?…. podríamos seguir ¿verdad?

Sé que soy una ilusa, pero es la única forma que encuentro para poder seguir llevando nuestra vida en libertad sin ahogarme y aunque sea escondiendo una inmensa tristeza, muchísima impotencia y muy pocas ganas de seguir, creo que todos debemos remar con fuerza y sin miedo, afrontando nuestro día a día organizado y de la mejor forma posible. No encuentro otra forma de poder ayudar a salvar este caos que seguir manteniendo a salvo nuestra imperfecta forma de vida que tanto nos ha costado conseguir, cuidando cada uno nuestro propio lugar en la barca e intentando ayudar al que tenemos al lado si le flaquean las fuerzas. Seguro que hay otra forma más activa, pero yo no doy con ella, aunque seguiré buscando y pensando…

Hoy no puedo despedirme con mi formula de siempre, pues os confieso que vivir si que voy pudiendo pero divertirme me está costando. Así que hasta pronto y vivid todo lo que podáis pues pasaremos la prueba de río de la vida con ese «rafting acelerado» que hemos tenido que aprender y volveremos a divertirnos.

Deja un comentario